Las articulaciones deben tratarse de forma diferente día y noche: algunas plantas, utilizadas solas o en combinación con vitaminas, minerales u otros compuestos, contribuyen a proporcionar una respuesta adaptada a cada momento del día.
La cúrcuma
La cúrcuma (Curcuma longa L.) se utiliza como especia desde hace milenios, sobre todo en Asia. Es uno de los principales componentes del curry. El rizoma de la cúrcuma, que hace siglos que se ha ganado un puesto de honor en la medicina tradicional india, ha sido objeto de numerosos estudios. El rizoma de la cúrcuma es rico en polifenoles: los curcuminoides. Uno de ellos es la curcumina, el pigmento amarillo de la cúrcuma.
Este es el principal componente que suele utilizarse como especia y colorante alimentario. La cúrcuma, muy rica en curcumina, es famosa por su acción sobre las articulaciones y por sus propiedades antioxidantes.
La pimienta negra
La pimienta negra (Piper nigrum L., familia Piperaceae) es una de las especias más utilizadas del mundo y se la conoce en todo el planeta por su componente picante, la piperina.
La pimienta negra posee propiedades antioxidantes. La piperina es el alcaloide mayoritario de la pimienta. Funciona como agente potenciador de la cúrcuma y permite aumentar su biodisponibilidad.
La membrana de huevo
El polvo de la membrana de huevo se obtiene gracias a un proceso de producción patentado.
La membrana es una barrera protectora naturalmente rica en elementos beneficiosos para la salud, como el colágeno.
El manganeso
La eficacia del manganeso en la formación de tejidos conectivos (incluidos ligamentos, tendones, cartílagos y huesos) está reconocida por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. El manganeso ayuda al mantenimiento de los huesos y de su buena salud.
La condroitina
La condroitina es un componente esencial del cartílago y el organismo la produce de forma natural.
Contiene aminoácidos sulfurosos esenciales para la formación de moléculas de cartílago en el cuerpo humano.
El resveratrol
El Polygonum cuspidatum es una planta célebre por su alto contenido en resveratrol, una molécula que suscita, desde hace décadas, un creciente interés por parte de la comunidad científica. Hace muchos años que la fitoterapia tradicional china la emplea por sus muchos efectos benéficos para la salud y por sus propiedades antioxidantes.
La vitamina D
La eficacia de la vitamina D sobre la salud de los huesos está sobradamente demostrada. Ayuda a mantener el esqueleto sano.
El harpagofito
El harpagofito es una planta originaria del sur del continente africano que crece en estado salvaje, sobre todo en el desierto del Kalahari (Namibia, Botsuana). También se lo conoce por el nombre de la «garra del diablo». El harpagofito se utiliza tradicionalmente para favorecer la suavidad y el bienestar de las articulaciones.
El ácido hialurónico
El ácido hialurónico, presente de forma natural y en grandes cantidades en las articulaciones, es el principal componente del líquido sinovial.
El magnesio
El magnesio, que debe mucho a los investigadores franceses que demostraron que es un mineral esencial, contribuye al buen mantenimiento de un esqueleto sano.
La vitamina C
La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, interviene a diferentes niveles.
Contribuye a la buena formación de colágeno para asegurar el correcto funcionamiento de los huesos, los cartílagos y la piel.
El colágeno
El colágeno es una proteína presente en todas las partes del cuerpo: la piel, los cartílagos, los tendones, los ligamentos y los tejidos conectivos. La producción natural de colágeno alcanza su punto máximo en torno a los 20 años, para después ir disminuyendo progresivamente. A partir de los 50 años la producción de colágeno cae en picado, lo que puede implicar, por ejemplo, una disminución de la formación de cartílago.
El colágeno representa entre el 30% y el 35% del total de las proteínas del organismo y está presente en el cuerpo de forma natural.
La glucosamina (sulfato de)
La glucosamina es una sustancia que el organismo produce de forma natural a partir dela glucosa y de la glutamina, un aminoácido. Este tipo de glucosamina tiene un papel fundamental en la síntesis de los glicosoaminglicanos (GAG), elemento clave en la estructura de los cartílagos. Cuando el proceso de producción de la glucosamina se desajusta, los cartílagos se desgastan y aparece el dolor articular.
