El calor es uno de los factores que agudiza uno de los problemas de salud más frecuentes, sobre todo en la mujer: la insuficiencia venosa crónica. Responsable de la famosa sensación de “piernas cansadas”, los problemas de circulación en las piernas se producen por un funcionamiento deficiente de las válvulas venosas que participan en el retorno de la sangre al corazón dentro del proceso circulatorio y afecta sobre todo a las extremidades inferiores.
Son muchos los síntomas que se pueden presentar en las primeras fases, pero los principales para la mayoría de los pacientes son: dolor, pesadez, cansancio habitual en las piernas, hinchazón, calambres nocturnos, sensación de calor, enrojecimiento y prurito (picor) en las piernas.
La edad y el sexo son dos factores de riesgo (un 65.4% de las mujeres menores de 65 años lo padece) pero, además, existen otros que pueden influir y agravar estas molestias. Entre ellos estar mucho tiempo en la misma posición (de pie o sentado), el sobrepeso y las altas temperaturas. Con la llegada del verano, cobran más importancia las medidas de prevención y alivio de los síntomas de la insuficiencia venosa.