El cardo mariano, según una bonita leyenda medieval, estaría relacionado con la Virgen María. Cuenta ésta, que la Virgen utilizó las hojas de un cardo para ocultar a Jesús de los soldados de Herodes, y al escapar precipitadamente, de su seno cayeron algunas gotas de leche que perdurarían por siempre en esta especie botánica como recuerdo de tan señalado día, marcando las hojas, de un verde brillante, con un retículo blanquecino apreciable sobre todo en las hojas de la parte inferior de la planta. Pero lo interesante es que hablemos de los usos de esta planta en la actualidad, conocida como la planta del hígado.
Originario de la cuenca mediterránea y de Asia Menor, el cardo mariano suele crecer en descampados, en márgenes de caminos y puede llegar a formar barreras a veces impenetrables. Su uso ha sido ornamental y como protector agrícola, y en los últimos años se han dispuesto campos de cultivo por sus propiedades medicinales.
En sus frutos se encuentra la silimarina, el principal principio activo, que entre otras acciones ayuda a estimular la producción de bilis y, según indica la Agencia Europea del Medicamento, es el responsable del efecto protector de esta planta en el hígado. Se trata de un agente depurador que facilita la eliminación de toxinas, por ejemplo, en aquellas personas que siguen un tratamiento con medicamentos que se metabolizan en el hígado. También tiene un efecto protector frente al alcohol. De hecho, la Organización Mundial de la Salud recomienda su uso para prevenir y tratar el daño hepático provocado por tóxicos como el alcohol. Y, sobre todo, cuando nos excedemos en la mesa, tanto con la bebida como con la comida.
Otro de sus principios activos, la silibinina, se ha demostrado muy eficaz en el tratamiento de intoxicaciones fúngicas por setas de los géneros Amanita y Lepiota, setas hepatotóxicas muy venenosas.
Además, está recomendado como coadyuvante en pacientes con hepatitis aguda o crónica y, en general, para el alivio de la dispepsia o malestar abdominal, así como trastornos digestivos funcionales de origen biliar, mejorando las digestiones.
A la hora de tomar el cardo mariano, no se recomienda la infusión porque sus principios activos son muy poco solubles en agua, por lo que es mejor utilizar cápsulas o comprimidos que aseguren la dosis adecuada de principios activos.