¿Cómo prevenir los problemas digestivos?
Los problemas digestivos más comunes incluyen una amplia variedad de síntomas vinculados al proceso digestivo, incluyendo acidez estomacal, reflujo ácido, indigestión, diarrea, estreñimiento, dolor abdominal o flatulencia. Eso sí, todas estas afecciones están muy relacionadas con no llevar una dieta adecuada o tener hábitos de vida poco saludables. ¿Qué puedes hacer para evitarlo?
Mantén una dieta equilibrada
Efectivamente, seguir una dieta saludable es la base para no padecer problemas de estómago. Y es que una persona que come todos los días alimentos procesados o comida basura tiene una probabilidad mucho más alta de sufrir dolencias digestivas recurrentes que otra que mantiene una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros, legumbres, proteínas magras y grasas saludables. Al fin y al cabo, el estómago es un órgano que no es ajeno al paso del tiempo y cuanto más lo cuides con una dieta equilibrada mejor respuesta dará a corto, medio y largo plazo.
No hablamos de que de vez en cuando te des un capricho gastronómico, sino de convertir estos malos hábitos alimenticios en tu rutina. ¿Sabías que los productos con grasas trans, como bollería y artículos de producción industrial, están asociados a problemas digestivos? Los aditivos que contienen hacen que el estómago se haga más permeable y, por tanto, más propenso a sufrir daños.
Encuentra tus límites
Muchas veces pensamos que algo en concreto nos ha sentado mal sin tener en cuenta que, quizá, solo fue la gota que colmó el vaso. Una ingesta excesiva es el origen de problemas digestivos. Esto se debe a que tu organismo necesita producir muchas más enzimas y ácidos para procesar los alimentos que pueden desembocar en reflujo, dolor estomacal, gases e incluso episodios de sudoración y sensación de ahogo al dispararse el metabolismo.
Un truco para controlar las cantidades: ¡mastica! Masticar cada bocado muchas veces hace que tardes más en ingerir la comida. De este modo, le das tiempo a tu cuerpo para que active la leptina, la hormona que avisa de que estás saciado, sin caer en atracones.
Hidrátate
Consumir la cantidad de agua recomendada al día (en torno a 2 litros) es otra clave para combatir los problemas digestivos. Una correcta hidratación facilita la descomposición de los alimentos a lo largo del tracto intestinal, y reduce así el riesgo de digestiones pesadas, aumenta la absorción de nutrientes y evita el estreñimiento.
No olvides que tu intestino necesita líquido para transportar los alimentos a lo largo de tu organismo. Además, los estudios han demostrado que beber agua también contribuye a comer menos, por lo que no sufrirás las consecuencias de una comida copiosa.
Ojo con el estrés
Según un estudio publicado en la revista World Journal of Gastroenterology, el estrés crónico puede alterar la función digestiva y aumentar la sensibilidad abdominal. Además, otro estudio publicado en la revista Alimentary Pharmacology & Therapeutics encontró que el estrés puede aumentar el riesgo de úlceras pépticas y otros problemas digestivos.
Por ello, es importante que encuentres maneras efectivas de controlar tu estrés para mantener un sistema digestivo saludable. La meditación, la relajación y la actividad física son algunas de las estrategias recomendadas.
Practica hábitos saludables
Muy relacionado con el punto anterior, los hábitos de vida también influyen en tu bienestar digestivo. Por ejemplo, hacer deporte reduce el tránsito de los alimentos en un 30% y combate el estreñimiento y la inflación.
Por el contrario, factores como el tabaco o el consumo de alcohol no ayudan a tu salud en términos generales y mucho menos a tu digestión, en términos específicos. Estas sustancias dañan la mucosa del tracto digestivo, potenciando la irritabilidad del estómago.